sábado, 12 de octubre de 2013

La cuestión es quejarse.

Hay que ver cómo nos ha cambiado esto de la crisis a las personas. Ahora somos más pobres pero, hoy me refería a la bomba y abucheo, por ejemplo a la Familia Real. Esta claro que puede considerarse una mierda, o dos si se quiere. Sin embargo hace unos años, la gente llamaba "campechano" a un hombre que, aunque había pasado menos veces por el "taller" como él mismo se refiere, cazaba no solo elefantes. Mujeres con rulos y bateta se peleaban por el ¡Hola! aquella semana de mayo. La monarquía había hecho su particular evolución del mono hasta el punto de no tener como princesa a una prima o sobrina de aquel campechano gangoso.
Y lo mismo ocurre con aquellos marianistas que creían que alguien nos podía salvar, que su venida era la solución al mundo de mugre que habíamos estado creando entre todos (eso es así, aunque duela). Y digo marianistas en el sentido político de la palabra, no se me vaya a confundir señores, que los milagros son cosa de santos y de mayores. Lo dicho, ni con maestros del zapato ni con amigos de Mariano. La cuestión es quejarse.




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