domingo, 29 de diciembre de 2013

Esta noche, no dejo de pensar en ti.

Dicen que escribir en el instante preciso, es la clave de la emoción. (Aunque también escuché de lejos eso de "pensar antes de hablar") 

Sé que no es fácil haceros sentir el momento en el que llego, después de haber salido de la sala. Después de haber comentado los mejores momentos y habernos "rereido" como tontos. Después de escucharte, después de sentirte. Vale sí, lo primero que hago es quitarme los zapatos y pisar sobre plano, saber que mis pies han resucitado. Pero no sólo ellos lo han hecho esta noche.

Y es que no sé definir esta sensación tan dulce y amarga a la vez. Ese cruce sin semáforo, sin cebras ni tonterías. Solo sé que se repite cuando quieres más, cuando necesitas todo. Justo ahora. Cuando lo has tocado y se te ha escapado sabiendo que jamás fue tuyo. Así me voy yo ahora a la cama. Con tu púa y tu gin-tonic. Con el roce de tu letra pero sin ti.




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